miércoles, 31 de agosto de 2011

FEDERICO GARCIA LORCA: CIUDADES

Federico Garcia Lorca (1898-1936)




El libro IMPRESIONES Y RECUERDOS (1918) escrito por Federico García Lorca cuando apenas tenía veinte años de edad, me ayudó a ver las ciudades con ternura y nostalgia. A los setenta y cinco años de su muerte, deseo recordarlo y compartir algunos de sus fragmentos:


Hay un algo de inquietud y de muerte en estas ciudades calladas y olvidadas. No sé qué sonido de campana profunda envuelve sus melancolías... Las distancias son cortas, pero sin embargo qué cansancio dan al corazón. En algunas de ellas, como Ávila, Zamora, Palencia, el aire parece de hierro y el sol pone una tristeza infinita en sus misterios y sus sombras…

Zamora


Ciudades llenas de encantos melancólicos, de recuerdos de amores trágicos, de vidas de reinas perpetuamente esperando al esposo que lucha con la cruz en el pecho, de recuerdos de cabalgatas funerales en donde al miedo de las antorchas se veía la descompuesta cara del santo mártir que llevaban a enterrar huyendo de la profanación mora, de pisadas de caballos fuertes y de sombras fatídicas de ahorcados, de milagros frailunos, de aparecidos blancos en pena de oraciones que al sonar las doce salieran de los campanarios apartando a las lechuzas para rogar a los vivos misericordia para su alma, de voces de reyes crueles y de angustiantes responsos de la Inquisición al chirriar las carnes quemadas de algún astrólogo hereje. Toda la España pasada y casi la presente se respira en las augustas y solemnísimas ciudades de Castilla... Todo el horror medioeval con todas sus ignorancias y con todos sus crímenes...


Catedral de Palencia
Estáis tan majestuosas en vuestra vejez, que se diría que hay un alma colosal, un Cid de ensueño sosteniendo vuestras piedras y ayudándoos a afrontar los dragones fieros de la destrucción...

Unas edades borrosas pasaron por vuestras plazas místicas. Unas figuras inmensas os dieron fe, leyendas, y poesía colosal; vosotras continuáis en pie aunque minadas por el tiempo...

¿Qué os dirán las generaciones venideras? ¿Qué saludo os hará la aurora sublime del porvenir? Una muerte eterna os envolverá al sonido manso y meloso de vuestros ríos, y un color de oro viejo os besará siempre bajo la fuerte caricia de vuestro sol de fuego...






AVILA



En una noche negra y lluviosa llegué a la ciudad de los grandes recuerdos. Al cruzar sus estrechas y misteriosas calles, una honda emoción me cautivo. Todo estaba obscuro y callado. El viento modulaba fúnebres y miedosas tocatas. Las callejuelas retorcidas y extravagantes eran como los tubos de un órgano, que el aire hacía sonar. La vieja población estaba dormida…  Aquella noche al acostarme las campanas de la catedral hablaron tan hondas y tan melancólicas  y me tape los oídos para no sentirlas. Tenía miedo de oír la durmiente sinfonía de la ciudad convertida en órgano por el viento y a las campanas diciendo sus melodías de bronce…


Ávila es una ciudad parda, verde y negra. Ávila es una ciudad de ensueño y poesía. Nunca se puede imaginar cómo es, y aun teniéndola delante duda uno si aquellas murallas son de piedra o si son levantadas por la quimera una noche de ensueño…


Ávila es la ciudad más castellana y más augusta de toda la meseta colosal... Nunca se siente un ruido fuerte, únicamente el aire pone en sus encrucijadas modulaciones violentas las noches de invierno... Sus calles son estrechas y la mayoría llenas de un frío nevado. Las casas son negras con escudos llenos de orín, y las puertas tienen dovelas inmensas y clavos dorados... ¡Una sombra de muerta grandeza por todas partes!...







Muralla de Ávila
                                               
El interior del templo es abrumador por su sombra pasada incrustada en sus paredes y por su oscuridad tranquila, que invita a la meditación de lo supremo… Esta Catedral hace pensar aunque el alma que pasee sus galerías esté desposeída de la luz de la fe...

Interior de la catedral de Ávila




Catedral de Ávila. Detalle.
Esta Catedral es un pensamiento de más allá en medio de una interrogación al pasado...

El incienso y la cera forman un aire marmóreo y místico que da consuelo a los sentidos...

En algunos rincones hay sepulcros olvidados con estatuas mutiladas y cuadros que son una mancha indefinida por la que asoma algunas veces una cara espantada o una pierna desnuda, como un enigma...


Por calles llenas de quietud y oro de crepúsculo, se desemboca en una plaza que posee una iglesia dorada que la tarde hace un inmenso topacio...
Ávila
Y desde un muro viejo se contemplan a los campos solitarios bajo el preludio de la noche... 
La ciudad se tiñe de color anaranjado y las campanas dicen todas, el ángelus con un aire pausado y ensoñador... 
Poco a poco la noche va llegando, unos pinos se mecen airosos en la umbría y las cigüeñas de las murallas vuelan sobre una espadaña...
Pronto el oro será plata con la luna.




¡Melancolía infinita la de estas piedras antiguas llenas de herrumbre y oro!
Pesar grande de estas calles de cementerio por las que nadie pasa. ¡Borrachera espléndida de romanticismo!

Baeza


Horas lujuriosas del mes de Junio. La calle solitaria. Las casas doradas con los vítores ininteligibles tienen una fortaleza y mutismo conventual…


Baeza
A lo lejos sonó el pregón. Era un grito doloroso, angustiante, como un lamento de alguien que se quejara artísticamente...  

Hay pregones graciosos, simpáticos, que llenan el ambiente en que suenan de alegría. Son cantares cortos, estribillos de la ciudad. Los mismos pregones de Granada con su melancólica alegría..., pero éste que sonó en Baeza a las tres de la tarde de un día de Junio encerraba una dolorosa lamentación… Hubo un silencio y volvió a sonar. Por el fondo de la calle que tenía un suave declive apareció la figura que lo cantaba… Dijo tres veces el doloroso pregón al pasar por la calle soleada.

El ritmo raro y de hierro que tenía, hacía huir de la melodía como de una maldición.






 
Los montes lejanos surgen con ondulaciones suaves de reptil. Las transparencias infinitamente cristalinas lo muestran todo en su mate esplendor. Las umbrías tienen noche en sus marañas y la ciudad va despojándose de sus velos perezosamente, dejando ver sus cúpulas y sus torres antiguas iluminadas por una luz suavemente dorada.


Granada
El Albayzín se amontona sobre la colina alzando sus torres llenas de gracia mudéjar... Hay una infinita armonía exterior. Es suave la danza de las casucas en torno al monte...


Alambra y Albayzin
En torno a las grandes torres de las iglesias, aparecen los campaniles de los conventos luciendo sus campanas enclaustradas tras las celosías, que cantan en las madrugadas divinas de Granada, contestando a la miel profunda de la Vela...


En los días claros y maravillosos de esta ciudad magnífica y gloriosa el Albayzín se recorta sobre el azul único del cielo rebosando gracia agreste y encantadora.





Son las calles estrechas, dramáticas, escaleras rarísimas y desvencijadas, tentáculos ondulantes que se retuercen caprichosa y fatigadamente para conducir a pequeñas metas desde donde se divisan los tremendos lomos nevados de la sierra, o el acorde espléndido y definitivo de la vega…



Al recorrer estas calles se van observando espantosos contrastes de misticismo y lujuria. Cuando se está más abrumado por el paseo angustioso de las sombras y las cuestas, se divisan los colores suaves y apagados de la vega, siempre plateada, llena de melancólicos tornasoles de color...




Horno de vidrio


Están las casas colocadas, como si un viento huracanado las hubiera arremolinado así. Se montan unas sobre otras con raros ritmos de líneas. Se apoyan entrechocando sus paredes con original y diabólica expresión... Al deambular por sus callejas surgen escenarios de leyendas…

Vive es estas encrucijadas el Albayzín miedoso y fantástico, el de los ladridos de perros y guitarras dolientes, el de las noches oscuras en estas calles de tapias blancas, el Albayzín trágico de la superstición, de las brujas echadoras de cartas y nigrománticas, el de los raros ritos de gitanos, el de los signos cabalísticos y amuletos, el de las almas en pena, el de las embarazadas, el Albayzín de las prostitutas viejas que saben del mal de ojo, el de las seductoras, el de las maldiciones sangrientas, el pasional...


Calles que sienten las melodías plateadas del Dauro y las romanzas de hojas que cantan los bosques lejanos de la Alhambra...







Cruz de Mayo en el Albayzin

Albayzín hermosamente romántico y distinguido. Albayzín del compás de Santa Isabel y de las entradas de los cármenes. El Albayzín de las fuentes, de las glorietas, de los cipreses, de las rejas engalanadas, de la luna llena, del romance musical antiguo, el Albayzín de la cornucopia, del órgano monjil, de los patios árabes, del piano de mesa, de los amplios salones húmedos con olor de alhucema, del mantón de cachemira, del clavel...


Carrera del Darro
Y la ciudad durmiendo aplanada entre neblinas, en las que descuella el acorde dorado de la catedral enseñando su espléndida girola y la torre con el ángel triunfador…
Todo nos hace ver un ambiente de angustia infinita, una maldición oriental que cayó sobre estas calles.
  Un aire cargado de rasgueos de guitarras y de gritos calmosos de la gitanería.


  
Un sonido de voces monjiles y un runrún de zambra anhelante...
Todo lo que tiene de tranquilo y majestuoso la vega y la ciudad, lo tiene de angustia y de tragedia este barrio morisco... Por todas partes hay evocaciones árabes. Arcos negruzcos y herrumbrosos, casas panzudas y chatas con galerías bordadas, covachas misteriosas con líneas del oriente, mujeres que parecen haber escapado de un harem...
 
Marta y Maria
Luego una vaguedad en todas las miradas que parece que sueñan en cosas pasadas...
Hay perfumes de sol fuerte, de humedad, de cera, de incienso, de vino, de macho cabrío, de orines, de estiércol, de madreselva. Hay en los ambientes un gran barullo extraño, envuelto en los sonidos oscuros que lanzan las campanas de la ciudad…

Granadinos

Es algo misterioso que atrae y fascina, la visión del Albayzín desde esta fortaleza y palacio de la media noche... Y el panorama, con ser tan espléndido y extraño, y tener esas voces potentes de romanticismo, no es lo que fascina. Lo que fascina es el sonido. Podría decirse que suenan todas las cosas... Que suena la luz, que suena el color, que suenan las formas.



En los parajes de intenso sonido como son las sierras, los bosques, las llanuras, la gama musical del paisaje tiene casi siempre el mismo acorde que domina a las demás modulaciones. En las faldas de la Sierra Nevada, hay unos recodos deliciosos de sonidos...

Son unos sitios en donde de los declives macizos mana un sonido de perfume agreste melosamente acerado...



  Cada hora del día tiene un sonido distinto. Son sinfonías de sonidos dulces lo que se oye... Y al contrario que los demás paisajes sonoros que he escuchado, este paisaje de la ciudad romántica modula sin cesar. Tiene tonos menores y tonos mayores. Tiene melodías apasionadas y acordes solemnes de fría solemnidad...  El sonido cambia con el color, por eso cabe decir que éste canta.
El ruido del Dauro es la armonía del paisaje. Es una flauta de inmensos acordes a la que los ambientes hicieran sonar. Desciende el aire con su gran monotonía cargado de aromas serranos y entra en la garganta del río, éste le da su sonido y lo entrecruza por las callejas del Albayzín por las que pasa rápido dando graves y agudos...


Carrera del Darro de Granada

Luego se extiende sobre la vega y al chocar con sus sones admirables y con las montañas lejanas y con las nubes, forma ese acorde de plata mayor que es como una inmensa nana que a todos nos duerme voluptuosamente...
 
En las mañanas de sol hay alegrías de música romántica en la garganta del Dauro. Podría decirse que canta en tono mayor el paisaje...
Hay mil voces de campanas que suenan de muy distinta manera.

Algunas veces claman en tono grave las campanas sonoras de la Catedral, que llenan los espacios con sus ondas musicales... Éstas se callan y entonces les contestan varios campanarios albaizineros que se contrapuntan espléndidamente...
¡Son magníficas, son maravillosas, son espléndidas y múltiples las sinfonías de campanas en Granada!






La noche tiene brillantez mágica de sonidos desde este torreón.Si hay luna, es un marco vago de sensualidad abismática lo que invade los acordes.  Si no hay luna... es una melodía fantástica y única lo que canta el río..., pero la modulación original y sentida en que el color revela las expresiones musicales más perdidas y esfumadas, es el crepúsculo... El sol se oculta y del monte nacen cascadas infinitas de colores musicales que se precipitan aterciopeladamente sobre la ciudad y la sierra y se funde el color musical con las ondas sonoras... Todo suena a melodía, a tristeza antigua, a llanto... 



Resbala una pena dolorosa e irremediable sobre el caserío albayzinero y sobre los soberbios declives rojos y verdes de la Alhambra y el Generalife... y va cambiando sin cesar el color y con el color cambia el sonido...




Se recomienda consultar:

OBRAS COMPLETAS DE FEDERICO GARCIA LORCA  http://usuaris.tinet.cat/picl/libros/glorca/gl000000.htm
FEDERICO GARCIA LORCA  http://federicogarcialorca.net/
SIMBOLO Y SIMBOLOGIA EN LA OBRA DE FEDERICO GARCIA LORCA. Autor: Manuel Antonio Arango L. http://books.google.co.ve