miércoles, 9 de marzo de 2011

HISTORIA DE LA CIUDAD Y MEMORIA URBANA

 

Pienso que el estudio de la historia de la ciudad es necesario para el cultivo de una relación afectiva con la ciudad, teniendo en cuenta que  los sentimientos se cultivan con memoria. La memoria personal se forma por las experiencias de vida y la acumulación de información y conocimientos. En la formación de la memoria histórica predomina la segunda fuente, pues, en general, construimos nuestra memoria del pasado lejano sobre lejanas referencias. En este sentido, la historia de la ciudad es una narración que debe ser fiel a los hechos, datos y documentos, pero debe tener un nivel vivencial de esa existencia lejana de la ciudad; ese nivel es la imaginación. Creo que el estudio de la historia es un excelente ejercicio de rigurosidad e imaginación.

Cuando intentamos penetrar en los tiempos más lejanos de la ciudad nos ocurre lo que le sucedió al Emir Musa ibn Nusayr  en el mito sobre la Ciudad de Cobre,  construida por los genios para Salomón, hijo de David, en tierras de al-Andalus. Se cuenta que un día el califa Abd al-Malik ibn Marwan tuvo noticias sobre la existencia de esa ciudad y ordenó buscarla. El Emir Musa ibn Nusayr salió con su ejército y rastrearon por diferentes caminos; al cabo de un tiempo llegaron a una tierra paradisíaca  y dicen que "apareció ante ellos la muralla de la Ciudad de Cobre, como si no la hubiesen  hecho manos humanas, y se asustaron.” 

Musa ibn Nusayr ordenó sitiarla y abrir sus puertas para ver la vida de aquella ciudad, pero durante seis días de espera no vieron por ahí a ningún ser humano ni encontraron las puertas.  Socavaron los cimientos hasta llegar al nivel del agua sin encontrar la posibilidad de penetrarla. Por último, construyeron una torre muy alta que dominaba la muralla y el Emir animó a sus soldados diciendo: “¡Quien suba a lo más alto de la muralla, le daré como recompensa su precio de sangre! Uno de los soldados se adelantó, pidió la recompensa, subió hasta lo más alto y cuando se asomó a la ciudad, se echó a reír, agitó sus manos y se arrojó al interior de la ciudad. Oyeron entonces un gran alboroto y voces terribles que los atemorizaron. Aquellos gritos duraron tres días y tres noches y cuando callaron, los hombres del ejército llamaron al desaparecido desde todos los rincones y no encontraron respuesta. Cuando desistieron de llamarle, Musa les convocó y dijo: ¡A quien suba a lo alto le daré mil dinares! Se ofreció otro valiente… El Emir le dio el siguiente consejo: ¡No hagas lo que hizo tu compañero; infórmanos de lo que veas y no bajes al interior de la ciudad! Entonces, el hombre subió y cuando se asomó por el alto del muro, se hecho a reír, sacudió sus manos y se arrojó al interior… Escucharon esta vez, también grandes voces terribles, más fuertes aún que la primera vez hasta el punto de que les entró un terror de muerte… Entonces, Musa ibn Nusayr dijo: ¡Si nos marchamos de aquí sin saber lo que hay en la ciudad, qué escribiré al Príncipe de los Creyentes! ¡A quien suba le daré el equivalente a dos precios de sangre!  Se presentó otro valiente y dijo: ¡Yo subiré, pero atadme una cuerda a la cintura fuertemente, cuyo extremo sujetaréis, y cuando yo quisiera arrojarme al interior de la ciudad, impedídmelo!  Así lo hicieron; subió el hombre y cuando se asomó a la ciudad, se echó a reír, sacudió las manos y quiso tirarse al interior de la ciudad, mientras sus compañeros tiraban de la cuerda hasta que el hombre se partió en dos mitades: la mitad inferior cayó fuera y la superior al interior de la ciudad, produciéndose de nuevo los gritos y el tumulto. Entonces el Emir se desesperó y dijo: ¡Sin duda los genios atrapan a todo el que sube a lo alto de la ciudad!, y ordenó que el ejército partiese.” (Maria Jesus Rubiera. La arquitectura en la literatura arabe)

Me pregunto: ¿Qué era lo que fascinaba a esos hombres para que se arrojasen al interior de la ciudad? ¿Por qué no regresaban? ¿Quiénes eran esos “genios” que  con gran estrépito, aparentemente los devoraban o los retenían luego en un silencio sepulcral? Creo que en esta leyenda encontramos los riesgos de las personas que se aventuran en el conocimiento de la historia de la ciudad. Hay algo fascinante ahí.  Primero, la dificultad para entrar, ver e imaginar los tiempos idos; pero luego, cuando logramos descubrir la magnificencia de las huellas donde transcurrieron los grandes acontecimientos y la vida cotidiana de remotas generaciones: arquitectura, arte, tecnologías, literatura, leyes, instituciones, costumbres, creencias, religiones..., sentimos que la inmensidad e intensidad de todos esos “genios” atrapa nuestra mente y corremos el riesgo de que nos retengan y no regresemos nunca más. Y es que, desde siempre, la ciudad ha sido el lugar donde los seres humanos hemos construido y depositado los productos de nuestra inteligencia. ¿Cómo entender esta concentración de inteligencia que desde sus orígenes es la ciudad? ¿Cómo indagar sobre la evolución y cambios del significado de la idea de ciudad?

Un breve recorrido histórico nos revela que esa idea se ha modificado de acuerdo a las diferentes concepciones que los hombres han tenido del mundo. Estas modificaciones no han alterado la esencia del concepto y han reproducido los componentes sustanciales y originales de la idea. Sin embargo, progresivamente se han incorporado diversos componentes que han transformado la  visión original, simple e inmutable,  en una visión compleja y cambiante. En este sentido, podemos imaginar la evolución de la idea de ciudad como una espiral; en cada período histórico el concepto de ciudad puede definirse como un círculo de conocimiento, y al saltar al período siguiente se define otro círculo en el cual siempre se intenta retornar al punto de salida y se describe un nuevo círculo desplazado, de mayor radio y de mayor espesor. Es decir, el concepto de ciudad sin desprenderse del sentido original, progresivamente se aleja de su centro, se amplía y se vuelve más complejo porque acumula mayor cantidad de propiedades con el paso del tiempo.

Y es que, casi como en un proceso natural, cada idea de ciudad de un nuevo tiempo no sólo trata de entender la concepción anterior sino que se adapta para afrontar las pruebas de las nuevas circunstancias, introduce elementos que le permiten explicar cosas que no pudieron ser explicadas por anteriores visiones e intenta augurar el devenir de lo urbano, pues el concepto de ciudad ha cultivado siempre una idea de evolución y progreso que nos permite  imaginar la búsqueda de un ideal (o de una utopía).

Vale la pena hacer el intento de reconstruir esos círculos en el conocimiento de la ciudad. Creo que actualmente hay que  elaborar un concepto de Ciudad que posibilite el redescubrimiento de aquellos rasgos permanentes o sustanciales de la idea de ciudad y  nos permita entender que, en torno a estos rasgos que permanecen inalterables ante los cambios de perspectiva,  la idea de ciudad  se enriquece cuando puede ser imaginada como pluriverso cambiante, sujeto a múltiples interpretaciones procedentes de diversos campos de investigación que nos revelan nuevos rasgos esenciales y nos permiten reconocer, describir, clasificar y proyectar el devenir de la ciudad como idea y como objeto.

En síntesis, se trata de ordenar muchas ideas dispersas dentro de una idea mayor que posibilite la articulación de componentes para adaptarse a exigencias fundamentales del mundo actual tales como  la comunicabilidad y la interacción del pensamiento. (Fragmento del libro Huellas de Ciudad. Miriam Salas.2002)


No hay comentarios:

Publicar un comentario